En este artículo les voy a contar en el problema en que estoy metido. Hay una mesa cerca de mi casa en la que  juego una vez por semana. Se llama “Hollywood Home Game”. La mesa se pone realmente divertida, en la misma conviven personas muy interesantes, incluyendo actores muy conocidos por el público. Jugar en esta mesa me da la posibilidad de rodearme de gente que vale la pena, pero lo mejor de todo, es que cuando estoy jugando la paso realmente bien. A pesar de ser “famosos”, estos tipos son muy buena gente. Me rio, aprendo cosas, me rodeo de famosos y gente importante y siempre –pero siempre– la pasamos de maravilla. Todo es color de rosa. Sin embargo, hay un problema: No puedo ganar.

Existen varias razones por las que no puedo salir con números positivos. Para empezar, la mesa es bastante cara, al menos si la comparo con las mesas en las que suelo jugar. Si bien estoy en condiciones de poner el dinero para sentarme, no estoy exento del miedo que causa jugar esas cifras. Además, representan una buena parte de mi bankroll. Es decir, soy consciente de que estoy jugando alto y fuera de bankroll. Y eso da miedo. Pero esperen, la cosa se pone peor.

Lo peor de todo es que creo que estoy tan embelesado con la personalidad, opiniones y carreras profesionales de estos individuos que eso me distrae del juego. Eso es lo peor, incluso teniendo el bankroll apropiado para hacerlo, el hecho de que no pueda concentrarme concretamente en el juego es un factor enorme a tener en cuenta. Sin concentración, no hay nada.

Si estuviera en un casino la decisión es fácil: me levanto y me voy a otra mesa. Además, en cuanto a su nivel, no son “grandes peces”, son jugadores decentes de un nivel apropiado. Creo que de la única forma de ganar sería aplicando mi A-game.

La cosa sigue empeorando. Si bien dije que era cada una semana, lo que me olvidé de decirles es que ellos se juntan más de una vez por semana, generando que estén al día y con más lecturas que las que pueda sacar yo yendo una vez por semana. Mis miedos y yo, solo los vemos una vez por semana. Desde una perspectiva racional, estoy yendo a jugar a una mesa en la que los jugadores son buenos y en la que se juega alto para el nivel de mi bankroll.

¡Pero es un vicio ir! Es como un círculo vicioso. Pierdo, me prometo que voy a ganar, voy y vuelvo a perder. Así y todo, me encanta ir. Déjenme decirles que disfruto mucho de las charlas y de las bromas que hacemos entre todos. Me hipnotizan las personalidades que hay en la mesa y esas locas historias de Hollywood que se cuentan. Creo que si en vez de estar en una mesa de poker con ellos estuviera en una fiesta o un evento, sería feliz como pancho en fiesta vegetariana (es lo más feliz que se puede estar). También creo que, para mi carrera en el mundo del espectáculo, tener estos contactos es muy valioso. Pero, ¿a qué precio? De seguro, ahora como estoy, lo estoy pagando caro.

Entonces, ¿No debo seguir yendo a jugar a pesar de que me divierta? Yo creo que sí. ¿Cuál es la mejor opción? Creo que lo mejor es ponerse en estado robot y no dejarme llevar por las emociones. Sin embargo, eso iría contra mi objetivo primordial que es el de ir, conversar, pasarla bien y estrechar relaciones. Si tan solo pudiese decirles de jugar más barato, sería perfecto. Pero para estos tipos, esto que están jugando, ya de por sí es muy barato. Ellos pueden lidiar con la varianza, yo no.

Ok. Lo tengo que aceptar mi decisión ya está tomada, voy a dejar de ir a esta mesa hollywoodense. Hice el análisis y llegué a la conclusión de que los costos son mayores a las ganancias. Al fin de cuentas tuve que sincerarme y decidir que lo mejor era no continuar. He tomado la decisión sensata de retirarme de la contienda. Es evidente: A veces tu mejor decisión en el poker es directamente no jugar. Es muy difícil de tomar, pero voy a hacerlo. Es como una batalla contra el orgullo.

¿Y qué hay sobre ti? ¿Te puedes mantener alejado de las mesas en las que no tienes ventajas? ¿Tienes la humildad suficiente como para saber que no puedes sacar ventaja? Esta última pregunta es clave. Espero que lo hagas. Lo que busco en este artículo es que aprendas de mis errores. Recuerda tener la humildad para alejarte y quizá en el futuro puedas tener la chance de darle un buen shot.