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Acerca de las Malas Rachas (parte 2 de 3)

En esta ocasión, vengo para escribirles la segunda parte del artículo acerca de las malas rachas.

NachoAce

En la primera parte hablamos de lo que es una mala racha, y de qué características no debemos atribuirles.

Tal como definimos anteriormente, una mala racha es un período de tiempo en que los resultados son peores de los esperados. Ahora debemos plantearnos, cómo debemos y cómo no debemos reaccionar ante una mala racha. En esta parte del artículo, analizaremos qué cosas no debemos hacer, dejando la forma en que debemos reaccionar para la tercera parte.

 

Qué no hacer frente a una mala racha

En primer lugar, haciendo referencia a algo ya mencionado anteriormente, tengamos en cuenta que si una mala racha se prolonga mucho más de lo esperado, es posible que estemos tomando malas decisiones, que hagan que la misma se agrave o profundice. Probablemente lo que haya comenzado como “mala suerte”, termine siendo una mezcla de azar con “malas decisiones”, lo cual produciría un resultado bastante más drástico que la consecuencia directa de la mala suerte inicial.

Analizaremos entonces, qué es lo que no debemos hacer cuando nos enfrentemos a este tipo de situaciones, para evitar profundizar los efectos de la mala racha. Muchas de las conductas mencionadas a continuación son errores frecuentes, y evitarlos requiere cierta disciplina, lo cual considero que es una de las más importantes condiciones para ser un jugador de póquer exitoso.

Pérdida de confianza

Algo ya mencionado anteriormente, es que el póquer es un juego donde existe una tendencia general a que cuando uno se encuentra en una mala racha, sienta que nunca será un jugador ganador, y por el contrario, cuando la suerte se encuentre de nuestro lado, ganar a una cierta tasa de ganancias nos parecerá la cosa más natural del mundo, y que todo está sucediendo tal como debe suceder.

Uno de los problemas que puede generarnos una mala racha, es una pérdida de confianza en nuestro juego. Aunque se trate de un problema psicológico, el cual puede no ser fácil de superar, es importante al menos conocerlo para poder entender qué nos está sucediendo.

El problema fundamental de la pérdida de confianza, será que si analizamos las situaciones con miedo, o faltos de seguridad, no tendremos la objetividad suficiente para tomar las decisiones correctasTener miedo de perder, o esperar perder, puede producir exactamente ese resultado.

 

En algunos casos optaremos por intentar minimizar las pérdidas en lugar de tomar una decisión arriesgada pero probabilísticamente correcta, podremos pensar que ciertas cartas no las estamos jugando bien y simplemente dejar de jugarlas. Jugaremos los proyectos en forma pasiva por miedo a que no se completen. Al no recibir ningún juego en el Flop no intentaremos hacer apuestas de continuación por miedo a perder más, y simplemente abandonaremos la mano. Todo esto, por mencionar algunos ejemplos de los efectos que podría producirnos la falta de confianza en nuestro juego.
Si esto nos está sucediendo, probablemente sea mejor tomarnos un descanso, y analizar qué nos está pasando, en vez de seguir jugando.

Intentar recuperar rápidamente las pérdidas.

Una de las consecuencias directas de una mala racha, es la pérdida de dinero (dinero no ganado, o perdido). Esto puede ocasionar una especial sensibilidad al valor del mismo, lo cual nos puede generar una gran ansiedad por recuperarlo.

Un error típico es comparar el dinero perdido con lo que se podría haber adquirido con él. Esto no significa que deba ignorarse su valor monetario, sino que dentro del póquer el mismo es relativo, y al formar parte del capital de juego debe ser considerado como una herramienta para ganar más dinero, y no como disponibilidad monetaria.

Esta pérdida de dinero, puede ocasionar la disminución del capital de juego (bankroll), lo que podría significar que ya no tenemos el presupuesto suficiente para jugar los niveles que estábamos jugando, además de poder ser visto como un retroceso en la carrera del jugador de póquer, provocándole un efecto desmoralizador.

En estas circunstancias es importante pensar siempre donde estamos, y no donde nos encontrábamos anteriormente. No pensar demasiado en lo que se ha perdido, e intentar tomar las mejores decisiones considerando que tenemos la posibilidad de un nuevo comienzo.

En cuanto a las conductas erróneas típicas, incluiremos a cualquiera que demuestre demasiada ansiedad por recobrar lo que se ha perdido. Se debe entender que el póquer es un juego a largo plazo, e intentar acelerar la recuperación es posible que no produzca otro efecto que profundizar las pérdidas.

Cuando hablamos de este tipo de actitudes, nos referimos puntualmente a:

  • Jugar niveles superiores a los que estamos acostumbrados: Probablemente sea el peor error que se pueda cometer en este tipo de situaciones. No sólo estamos corriendo un riesgo excesivo para la circunstancia que estamos pasando, sino que además si se toma este tipo de decisiones probablemente no nos encontremos con el 100 % de nuestra capacidad de juego (y posiblemente con una pérdida significativa de confianza). Además, quizás nos encontremos con un nivel de juego mayor por parte de nuestros rivales. Todo esto hace que una subida de este tipo pueda ser terrible, pudiendo ocasionar la pérdida total del capital de juego.
  • Jugar una cantidad excesiva de manos: Dado que el póquer es un juego en el que los jugadores exitosos suelen realizar movimientos “probabilísticamente correctos”, y que las probabilidades se cumplirán en el largo plazo, existen jugadores que basados en estos elementos recomiendan que para pasar una mala racha, se debe jugar una mayor cantidad de manos, incrementando de esta forma la posibilidad de cumplimiento de los porcentajes esperados (basándose en el supuesto de que las apuestas fueron realizadas en forma correcta). Es decir: “si las probabilidades están de mi lado, juego mucho más, y los resultados deberían nivelarse”. Si bien esto es algo con cierta lógica, también es cierto que existen otro tipo de elementos que afectan a los resultados, como ser los factores psicológicos, y el cansancio. Si uno intenta jugar una mayor cantidad de manos para recuperar, es posible que terminemos jugando enojados (con una agresión desmedida), o faltos de confianza, o cansados mentalmente, provocando de esta forma una merma en el rendimiento y calidad de juego, lo cual podría llegar a afectar a los resultados. Aunque sea una utopía, uno debería buscar jugar siempre en las situaciones donde no existen estos factores, ni ningún otro que pueda provocar una baja en el rendimiento. Es decir, jugar siempre en situación óptima.
  • Realizar cambios abruptos en el modo de jugar: Este tipo de cambios, deben generarse desde el estudio y análisis de nuestro juego, pero nunca deben generarse “en caliente” como consecuencia de los resultados a corto plazo. Algunos comportamientos típicos son: jugar mucho más agresivos, foldear mucho menos ante las subidas de los rivales, foldear más por miedo o falta de confianza, cambiar la forma de jugar ciertas manos típicas, ampliar o reducir el rango de manos con el que abrimos, o con el que realizamos un 3Bet, intentar mantener el pozo pequeño cuando no debemos hacerlo, etc.. Es decir, debemos evitar cualquier cambio que no sea meditado y analizado sobre nuestro juego, que se base en resultados cortoplacistas y en observaciones realizadas durante nuestras sesiones, y no como consecuencia de un análisis posterior del mismo.
Como no quiero cansarlos, he dejado para una tercera parte del artículo las cosas sí considero que se deben hacer frente a una mala racha. Todo esto basado en mi experiencia personal, en la experiencia de otros jugadores cercanos a mí, y en la bibliografía consultada.
Espero les haya gustado. Quedo a la espera de sus comentarios.
Un saludo.

El autor

Argentina

Especialista en mesas de cash online, grinder de PokerStars

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